Un día, en la escuela, el maestro pidió a sus alumnos que redactaran una lista con las siete maravillas del mundo.
Cuando terminaron, pusieron en común todo lo que habían escrito.
A pesar de algunos desacuerdos, la mayoría destacó las Pirámides de Egipto, el Taj Mahal, el Coliseo de Roma o la Gran Muralla China.
El maestro buscaba consenso entre los alumnos, cuando se dio cuenta de que una estudiante permanecía callada, y no había entregado aún su lista, así que le preguntó si tenía problemas para hacer su ejercicio.
La joven, tímidamente respondió:
– Sí; un poco. No podría decidirme, pues son tantas las maravillas…
El maestro le dijo:
– Lee lo que has escrito, tal vez te podamos ayudar.
La joven, dudó si hacerlo, y finalmente leyó:
– Creo que las siete maravillas del mundo son:
1. Poder pensar
2. Poder hablar
3. Poder actuar
4. Poder escuchar
5. Poder servir
6. Poder compartir
y 7, y la más importante de todas… poder amar
Después de esto, la clase quedó en completo silencio.
Tras una pausa, el maestro, intervino de nuevo:
– ¿Creéis que somos realmente conscientes de las maravillas que nos han sido concedidas? Si nos paramos a pensar, tal vez encontremos muchas más de 7: poder decidir, poder sonreír, cantar, llorar…
Y mirando a toda la clase, añadió: ¡Hagamos otra lista!
(Música: Undertow de Scott Buckley – www.scottbuckley.com.au bajo licencia CC BY 4.0)
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