Aunque no nos gusta que nos digan que somos nosotros mismos quienes atraemos la realidad a nuestras vidas con nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, la verdad es que somos 100% responsables de lo que nos ocurre.
En vez de reaccionar culpando a otros, si de verdad queremos cambios, debemos modificar ciertos hábitos, y es que, aunque una cosa es entenderlo a nivel consciente, otra muy distinta es integrarlo en nuestro día a día.
Si no conoces ninguna técnica o bien te sientes abrumado con multitud de ellas, y deseas conseguir cambios inmediatos para que tu vida cambie a mejor, hoy te lo voy a poner fácil.
La palabra tiene mucha fuerza a la hora de atraer situaciones, personas y cosas a nuestra vida. Observa el lenguaje que utiliza una persona y en unos minutos podrás conocer cómo es su vida. El doctor Len, impulsor del Ho’oponopono, dice que si habláramos menos tendríamos menos problemas.
Monitorizar tus pensamientos o incluso tus emociones resulta más complicado que vigilar las palabras que vas a pronunciar. Obsérvate cuando vas a decir algo, y analiza previamente si esas palabras van a aportar algo positivo a alguien.
Un proverbio árabe dice: “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, mejor no lo digas”.
Si te encuentras en una situación negativa o bien con un problema, en vez de darle fuerza explicándoselo a tu mejor amigo o a tu pareja de forma insistente, intenta darle la vuelta y busca lo positivo que puede traerte esa situación y exprésalo. Una cosa es verbalizarlo en un momento concreto para sacarlo de dentro (lo cual es muy importante, ya que las emociones tampoco debemos de negarlas, lo saludable es sentirlas y gestionarlas para que puedan ser expresadas del modo más adecuado) y otra, muy distinta, es darle vueltas constantemente por medio de la crítica y la queja; porque aunque por ahora, todavía no sea un problema grande, con esta actitud tenderá a crecer.
La preocupación constante es la mejor forma de atraer a nuestra vida lo que NO queremos, y si además lo verbalizamos criticando, quejándonos o/y haciéndonos las víctimas, estaremos elevando exponencialmente su fuerza de atracción. Ésta es la forma que tiene nuestro niño interior de conseguir atención, esperando que alguien le haga caso, por el contrario, lo que conseguimos es atraer mayores problemas.
Hablar en positivo, es la herramienta más fácil, rápida y eficaz que conozco para lograr cambios positivos en todas las áreas de la vida. Al principio te costará un poco más por la falta de práctica, pero tras unos días (o quizás unas horas) verás como atraerás acontecimientos más positivos, personas más amables y mayor bienestar emocional.
Es normal que al principio te influyan las situaciones, te enfades y lo verbalices, pero al menos comienza por darte cuenta y decide “soltar” este antiguo y dañino hábito, de este modo, cada vez te será más sencillo utilizar esta herramienta transformadora.
Por otra parte, no sólo utilizamos el lenguaje verbal para expresarnos, el escrito también lo usamos a diario: el contenido de un correo electrónico, un WhatsApp o una publicación en las redes sociales también deben ser tenido en cuenta. Monitoriza previamente lo que escribes, analizando si la energía que emana es positiva o negativa, y después obra en consecuencia.
Tenemos derecho a ser felices y hemos venido a esta vida para experimentarlo. Si estás preocupado por algo o ves cosas en el mundo que no te gustan, deja de criticarlas y toma acción si de verdad tienes una solución para ellas; o bien déjalas marchar en vez de darle vueltas e ir contándoselo a todo el mundo en forma de queja o crítica.
Hablar en positivo equilibra, mejora tu autoestima, atrae a tu vida situaciones agradables y oportunidades nuevas;¡verás como funciona!, date la oportunidad de un cambio. Hablar en positivo es la base sobre la que se asientan otras técnicas de crecimiento personal y atracción, es gratis, eficaz y sus resultados inmediatos ¿Qué más se puede pedir?