La nutrición inflamatoria está basada en los alimentos que reducen la inflamación crónica en el organismo. Lo ideal de este programa es su escasez en grasa trans y alto contenido en verduras y ácidos grasos esenciales omega 3.
Y, ¿a quién va dirigida esta nutrición? ¿Qué beneficios se consiguen a través de ella?
Esta nutrición está dirigida a cualquier tipo de persona que esté dispuesta a mejorar su alimentación, pero independientemente de ese aspecto, la nutrición antiinflamatoria está dirigida a personas que sufran problemas inflamatorios o enfermedades crónicas como lesiones, diabetes, infecciones, demencia, etc.
Los beneficios conseguidos a través de la nutrición antiinflamatoria son la omisión casi completa de los síntomas de enfermedades inflamatorias, reducción de riesgo cardiovascular, pérdida de peso, aumento del colesterol HDL y disminución del LDL. Además de todo esto se reducen los niveles de glucosa e insulina.
Antes de comenzar explicando cómo sería una buena dieta antiinflamatoria, hablaremos de los diferentes tipos de inflamación y como surgen.
Existen dos tipos de inflamación: inflamación aguda e inflamación crónica.
La inflamación aguda comienza visiblemente con dolor y tiene una duración de pocos días, en ese tiempo la amenaza se elimina, la reparación finaliza y se activan procesos antiinflamatorios para minimizar el daño. Esta es beneficiosa, ya que elimina inmediatamente las amenazas existentes en nuestro organismo.
La inflamación crónica es bastante más difícil de identificar, esta inflamación omite los efectos de hinchazón y enrojecimiento, propios de la inflamación aguda. Este tipo de inflamación se caracteriza por ser constante, crónica, silenciosa y dañina, por ello una dieta antiinflamatoria es el mejor remedio. Esta puede producirse cuando hay un agente estresor mucho tiempo como puede ser:
- Exposición a químicos medioambientales.
- Dieta alta en azúcar, grasas oxidadas, alimentos procesados, etc.
- Infecciones.
- Enfermedades autoinmunes.
DIETA ANTIINFLAMATORIA
Una dieta inflamatoria consiste en reducir los marcadores inflamatorios en nuestro cuerpo. Esta dieta incluye alimentos que poseen nutrientes u otros componentes que en el organismo tienen efecto antiinflamatorio.
La dieta antiinflamatoria se basa en una alimentación saludable y natural, mínimamente procesada. Además debemos proporcionar un equilibrio saludable de macronutrientes como son las proteínas, carbohidratos complejos, verduras y grasas de calidad en cada comida, incluyendo también a la dieta, vitaminas, minerales, fibra y agua.
ALIMENTOS RECOMENDADOS PARA UNA DIETA ANTIINFLAMATORIA
Para una menor inflamación estos son algunos de los alimentos que debemos incluir a nuestra dieta antiinflamatoria:
- Frutas y vegetales: Estos alimentos pueden ofrecernos fibra, antioxidantes y polifenoles con efecto antiinflamatorio demostrado. Por ejemplo: Tomates, pimientos, sandía, fresas, manzanas, naranjas, zanahorias, brócoli, aguacate, etc.
- Bayas: estas frutas diminutas son grandes fuentes de antioxidantes como por ejemplo: mora, arándanos, etc. Además su consumo aumenta la inmunidad.
- Pescado azul: son fuentes de Omega 3 y vitamina D que además se asocian con menores tasas de inflamación.
- Huevo: es un buen sustituto o complemento del pescado azul ya que es una buena fuente de proteína.
- Aceite de oliva (crudo): El aceite de oliva es una de las grasas más saludables que existen, demostrando que es capaz de reducir los marcadores inflamatorios. Además tiene efecto del oleocanthal, un antioxidante que se compara con medicamentos antiinflamatorios como el ibuprofeno.
- Otros alimentos como: avena, judías y habas, nuez moscada, cúrcuma, algas, etc.
ALIMENTOS NO RECOMENDADOS PARA LA INFLAMACIÓN
Una vez enumerados los alimentos que debemos priorizar al hacer esta dieta antiinflamatoria procedemos a enumerar los alimentos que no se deben consumir o no se aconseja consumirlos para procesos inflamatorios.
- Azúcar: está compuesto por glucosa y fructosa. Los azúcares añadidos a la dieta aumentan la inflamación, lo que facilita el desarrollo de enfermedades. Por lo que dulces, galletas, refrescos, pasteles y en general todos los productos altos en azúcares deberían estar fuera de nuestra dieta.
- Carbohidratos refinados: pan, pastas y harinas.
- Grasas trans: las grasas trans son ácidos grasos insaturados que se forman de forma industrial al convertir aceite líquido en grasa sólida. Estas grasas son las más perjudiciales para nuestra alimentación. Cada vez estas grasas son menos utilizadas en la industria pero productos como algunas margarinas siguen incluyéndose, estas grasas también se encuentran en productos fritos, comida rápida, bollería, etc.
- Aceites vegetales y de semillas: contribuyen a la inflamación sistémica y contienen gran cantidad de omega 6, que afecta a la inflamación.
- Carnes procesadas: el consumo de carne procesada tiene un gran riesgo de enfermedades cardiacas, diabetes, cáncer de estómago, colon, etc. Además es rica en compuestos inflamatorios.
- Alcohol: el consumo de alcohol hace que el marcador inflamatorio aumente.
Todos estos datos nos servirán de mucha ayuda a la hora de poner en práctica una nutrición antiinflamatoria y beneficiosa para nuestra salud.