Cada persona dispone de unas cualidades especiales que la hacen única. Todos tenemos un don propio que debemos descubrir primero, para potenciar después.
En muchas ocasiones nos es difícil identificar nuestros talentos únicos, ocultos desde la niñez, manipulados por creencias, programaciones, costumbres y hábitos que forman parte de nosotros desde pequeños.
Hemos estudiado la carrera que querían nuestros padres y nos hemos “aficionado” al hobby que le encanta a nuestro mejor amigo, por todas estas razones es muy habitual encontramos con personas que están lejos de su verdadera esencia, de su Dharma o propósito en la vida.
En realidad no existe una escuela de padres donde enseñen la importancia de descubrir y fomentar el propósito en la vida a temprana edad. En muy pocos colegios se fomenta que los niños destaquen en sus cualidades únicas, todos son tratados por igual, y si uno de ellos destaca en física, pero se queda distanciado en inglés, se pondrán todos los medios para que le dedique más tiempo al inglés por medio de ejercicios, deberes o profesores particulares. Por el contrario, deberíamos de fomentar su don especial, ese talento único, ya que en realidad un buen físico siempre podría contratar a un intérprete cuando salga de viaje.
Fernando Alonso posee un don único que fomenta a diario, Rafael Nadal hace lo propio jugando al tenis, Pedro Duque (primer español en viajar al espacio) se centra en su carrera profesional… Todos ellos contratan a otras personas para que se ocupen de sus otros asuntos, no por ello carentes de importancia, para lo que necesitan profesionales en sus respectivos sectores: abogados, contables, etc… y todo ello disfrutando de lo que hacen, cumpliendo con su Dharma.
Destacar en todo es lo que la sociedad requiere es verdaderamente antinatural y agotador, no obstante nuestro propósito en la vida es mucho más concreto.
Una vez consigamos identificar nuestras cualidades únicas, debemos centrarnos en ellas y tratar de convertirnos en “el mejor de nuestro campo”, aprendiendo de los maestros más destacados en la materia. De hecho nos será sencillo aumentar nuestra capacidad de trabajo y nuestra productividad siguiendo la corriente de nuestro Dharma, dedicándonos a lo que de verdad haríamos incluso sin cobrar, simplemente porque nos hace felices, de tal modo que atraeremos a nuestras vidas situaciones beneficiosas con suma facilidad, pues estaremos alineados con nuestro propósito en la vida.
La sincronicidad (llamémosle coincidencias), la magia de la vida y los “milagros” se manifestarán cuando tus pensamientos y acciones se encuentren alineados con tu propósito en la vida.
Descubrir y fomentar tus cualidades únicas no es una opción, es la base principal para que la Ley de la Atracción trabaje a tu favor, como lo hace la corriente de un río durante un descenso en kayak. Debemos de ir protegidos; en ocasiones podremos mojarnos, o incluso caernos y hacernos daño, pero ir contracorriente se haría verdaderamente extenuante y difícil, es mucho mejor remar en dirección a la cortiente.
Además, si concilias tus habilidades y cualidades únicas con el servicio a los demás, ayudando a que otras personas puedan cumplir sus deseos o haciéndoles la vida más fácil, estarás cumpliendo enteramente con tu Dharma.