Creo que ha llegado el momento de decir «basta» a tanto sufrimiento. Tras año y medio de COVID, he tenido tiempo de hacerme una idea de lo que está pasando. Es mi visión. No tienes que estar de acuerdo.
Cada vez acuden más personas a mi consulta con síntomas de hipocondría debido a la COVID-19, temerosos de padecer esta enfermedad, totalmente anulados y asolados por un sufrimiento enorme que no cesa ni de día ni de noche: miedo a subir en ascensor, a simplemente salir a la calle… Se sienten como si fueran imanes que atraen enfermedades graves. No se relacionan, se vuelven cada vez más desconfiados y sus vidas tienden a paralizarse.
Lo que más me llama la atención es que, en su inmensa mayoría, hablamos de personas jóvenes, fuertes y sanas. ¿Qué nos están haciendo? No dudo que exista el SARS-CoV-2, que su capacidad de contagio sea alta y que pueda llevar a una persona a la muerte, como lo pueden hacer también el cáncer, una neumonía, la tuberculosis y tantas otras enfermedades. ¿O ya nos hemos olvidado de todo esto? Pero llamarle «Pandemia» quizá esté fuera de lugar. Resulta que hasta la OMS ha tenido que modificar los criterios utilizados a la hora de declarar una pandemia para poder incluir la COVID-19 dentro de esta definición.
La Peste Negra acabó con más del 40% de la población europea, la Viruela se llevó por delante a más del 30%, la Plaga de Justiniano supuso la muerte de entre el 13% y el 26%, y la mal llamada Gripe Española ha sido la responsable de más de 50 millones de muertes (tengamos en cuenta el número de personas que en ese momento habitaban la Tierra). Para ponernos en contexto, es como si de los 86 futbolistas de la primera división española hubieran fallecido 30, o si de los 350 diputados de Las Cortes hubieran perdido la vida 120; pero esto no está siendo así ¿verdad? ¡Menos mal! Siempre se habla de número de «contagiados», «positivos»… Algo que ni tú ni yo podemos medir.
Los números se pueden manipular de muchas maneras, pero la realidad todos la podemos ver si abrimos los ojos. ¿Han fallecido el 30% de tus amigos y familiares? Si el COVID-19 fuera una pandemia real y tal letal, supondría que más de 20.000 empleados de Mercadona ya no estarían entre nosotros. Sí, sí…, echa números.
Desde el inicio de toda esta situación hemos aprendido que, salvo contadas excepciones, son las personas de avanzada edad o con problemas de salud graves las que deberían tomar precauciones: tratando de no acudir a lugares masificados, haciendo uso de la mascarilla e incluso vacunándose; pero extrapolar esto al conjunto de la sociedad me parece más bien una forma de utilizar el miedo para controlar a las masas que otra cosa.
Siempre es lo mismo «o te portas bien o vas a ir al infierno». ¿Te suena de algo?. Miedo, miedo, más miedo, y todo aderezado con control y más control, por no hablar de los enormes beneficios que tiene para las élites tenernos enfrentados entre nosotros: los que deciden seguir al pie de la letra todos los atropellos anticonstitucionales planteados y los que optan por pensar diferente. Todos merecen un respeto. Yo, desde luego, respeto a todo aquel que se crea la versión oficial. La pena es que pueda tener otro tipo de creencias es desprestigiado, ridiculizado y tachado de insolidario.
Y siguiendo con los números; porque de verdad que no me dejan de sorprender, hasta el día de hoy, tras 18 meses de supuesta pandemia y presión mediática, han fallecido en España 82.000 personas por COVID. Aun tratándose de datos extremadamente inflados, ya que cuanto más casos notifique cada Comunidad, más dinero de Europa recibirán, recordemos que en este país somos 47 millones de personas; es decir, que el porcentaje de fallecidos es de sólo el 0,0018%, muy lejos de los 30% o 40% de las pandemias reales.
¿De verdad te crees todo lo que dicen los medios de comunicación? ¿Por qué el Gobierno de España ha elevado el Plan de Publicidad y Comunicación (dinero para lo medios) en 57 millones de euros? ¡Abre los ojos!