Practicar Yoga es mucho más que hacer posturas o aprender a respirar de una manera diferente; es un viaje hacia la paz interior y una oportunidad para conectar profundamente con uno mismo. A lo largo de los años, he tenido la oportunidad de guiar a muchas personas en sus primeros pasos en el Yoga y ser testigo el equilibrio que todos llevamos dentro.
Empezar sin expectativas, escuchar el cuerpo
Algunas personas llegan al yoga con ciertas expectativas, pensando que deben tener fuerza, flexibilidad o la capacidad de hacer poses avanzadas. Pero el verdadero yoga comienza cuando dejamos de lado esas expectativas y simplemente nos permitimos ser en el momento. Recuerdo a uno de mis alumnos, Alberto, quien llegó a su primera clase sintiéndose inseguro porque creía que no era lo suficientemente flexible. Con el tiempo, entendió que el Yoga no se trata de alcanzar una postura perfecta, sino de escuchar su cuerpo y honrar lo que necesita en cada momento. Ahora, años después, me cuenta que es en la esterilla donde encuentra su refugio diario para liberar tensiones y conectar con su respiración.
Respiración: el ancla que nos conecta
La respiración es uno de los pilares del Yoga. Es el ancla que nos sostiene, el recurso que nos ayuda a centrar nuestra mente y a calmar nuestro corazón. Uno de mis alumnos, Sara, tenía una vida llena de estrés, con jornadas laborales largas y poco tiempo para ella misma. Al comenzar a practicar Yoga, descubrió el poder de la respiración consciente. “Antes, cuando sentía ansiedad, me costaba respirar y terminaba sintiéndome agotada. Hoy, simplemente cierro los ojos y me permito tomar algunas respiraciones profundas. Es como si mi mente se aclarara y encontrara un punto de calma instantáneo”, me contó.
A través de la respiración, Sara aprendió a encontrar paz en su interior, sin necesidad de cambiar su entorno o esperar a que las cosas fueran perfectas. Aprender a observar cómo fluye el aire, cómo se siente el cuerpo al inhalar y exhalar, es algo que cualquiera puede hacer, y los efectos son casi mágicos.
Yoga: una práctica de autocompasión
A veces, la práctica del Yoga es también un recordatorio de ser amables con nosotros mismos. Vivimos en un mundo que nos empuja constantemente a hacer más, a lograr más, a ser más. En el Yoga, se nos da la oportunidad de detenernos, de dejar de lado el juicio y de simplemente ser.
Una alumna, Isabel, llegó a una de mis clases en un momento complicado de su vida. Cargaba con muchas expectativas sobre sí misma y solía ser muy dura consigo misma cuando algo no salía como esperaba. En una de nuestras sesiones de meditación, compartí una visualización que invita a abrazar cada parte de nuestro ser, incluso aquellas que consideramos menos “perfectas”. Al final de la clase, Isabel se quedó en silencio, respirando profundamente. Luego me dijo, con lágrimas en los ojos: “Es la primera vez que me permito a mí misma no ser perfecta”. Desde entonces, Isabel practica con una sonrisa, recordando que el yoga es un camino de autocompasión.
Testimonios de aquellos que han experimentado la transformación
Escuchar las experiencias de otros practicantes de Yoga puede ser inspirador. Como mi alumno Diego, quien era escéptico al principio y pensaba que el yoga no era para él. Sin embargo, después de unas semanas, comenzó a notar cambios en su forma de ver la vida:
“Antes me frustraba fácilmente. Ahora, cuando algo no va como planeo, me siento más sereno. Simplemente, respiro, y siento que estoy en paz con el mundo, pase lo que pase”, me compartió en una ocasión.
También me conmueve la historia de Ana, quien llegó al yoga después de una pérdida personal. Al principio, le costaba abrirse y encontrar alivio. Sin embargo, con el tiempo, Ana encontró en el Yoga un espacio para sanar.
“La esterilla se ha convertido en mi lugar seguro, donde puedo ser yo misma, donde puedo dejar ir lo que me pesa y recordar que soy fuerte”, me comentó en una clase reciente.
¿Qué puede ofrecerte el Yoga a ti?
El Yoga no es una cura mágica, pero es una práctica que nos recuerda cada día la importancia de volver a uno mismo, de reencontrar la calma y de recordar quiénes somos en lo más profundo. Si decides acercarte al Yoga, mi recomendación es que lo hagas sin prisa, sin expectativas, y simplemente con una mente y un corazón abiertos. Descubrirás que, en la quietud, en la respiración y en el movimiento consciente, hay un mundo entero de paz esperando por ti.
¿Listo para dar tus primeros pasos en el Yoga? No importa tu experiencia o nivel de habilidad; el yoga siempre tiene un espacio para ti, tal como eres. ¡Ven y descubre nuestros retiros de Yoga!